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Cómo adaptar la calefacción central a la nueva normativa

A partir de 2022-23, todas las comunidades de vecinos que tengan calefacción central deberán estar facturando de manera individual (es decir, por vivienda), en función del Real Decreto del Gobierno 736/2020, de 4 de agosto.

Hasta ahora, en España la facturación en los edificios con estos sistemas se realizaba de manera comunitaria; es decir, los propietarios no pagaban por la energía que consumían, sino en base a su coeficiente de participación.

Este tipo de calefacción central no promueve la eficiencia en el consumo de energía por parte de las familias, razón principal para que la Comisión Europea le abriera a España un procedimiento de infracción en marzo de 2019. Por ese motivo, el Consejo de Ministros aprobó en agosto el Real Decreto que obliga a la instalación de contadores individuales para una facturación personalizada.

¿Cómo adapto mi vivienda?

La adaptación de la instalación a la nueva normativa es un proceso que se debe abordar desde la junta de propietarios del edificio. Técnicamente, cambia en función de si la calefacción central es por anillos o por columnas.

La instalación por anillos supone un único punto de entrada y salida del agua caliente, que está conectado a un contador central. En este caso, consistirá simplemente en colocar un contador para cada vivienda del edificio. 

En cambio, cuando es por columnas los radiadores de los diferentes pisos están conectado entre sí, de arriba abajo. En este tipo de sistemas, se pondrá un aparato medidor en cada radiador (repartidores de costes o válvulas termostáticas).

El 40% de las comunidades españolas tienen la calefacción central instalada por anillos, según la OCU, y hay más de un millón de viviendas con instalaciones en columna.

Ahorro y eficiencia

El cambio a facturación individual puede ser positivo para las familias españolas, ya que solamente pagarán por el uso real que hagan de la calefacción. Se estima que el ahorro podría suponer unos 210 euros al año para más de un millón de hogares.

El ahorro podría suponer unos 210 euros al año para más de un millón de hogares

A esto se añade que un consumo de energía más eficiente traerá beneficios como un menor impacto climático. De hecho, esta medida forma parte de los Objetivos 2030 de la Unión Europea en materia medioambiental y energética.

¿Es obligatorio el cambio?

Aunque no habrá obligación de aplicación inmediata de cara al próximo invierno, el Real Decreto establece como fecha límite para cambiar a facturación individual entre 2022 y 2023. 

Esta medida afecta a las viviendas construidas antes de 1998 pues, a partir de ese año, el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) ya obligaba a las nuevas construcciones a instalar dispositivos de contabilización individual.

Tampoco afectará por igual a todo el país porque España está dividida por zonas climáticas, en función del Código Técnico de Identificación. Por lo tanto, las zonas más cálidas no se van a ver obligadas a colocar medidores individuales.

¿Quién asume los costes?

En cuanto al desembolso que va a suponer la aplicación de esta nueva normativa para los ciudadanos, el coste de instalar un medidor individual por vivienda es relativamente bajo. Sin embargo, los repartidores de costes o válvulas termostáticas oscilan entre los 700 y los 1.100 euros.

Para paliar estos gastos, aquellas familias que demuestren estar en situación de vulnerabilidad económica podrán beneficiarse de una ayuda directa con cargo a los Presupuestos Generales del Estado.

FUENTE:20MINUTOS